Los estiramientos
Es algo que la gente suele dejarse en el tintero de las rutinas de entrenamiento. Cuando se inicia cada sesión de entrenamiento, se deben estirar no sólo los músculos que estarán implicados directamente, sino también el resto del cuerpo ya que se generarán movimientos indirectos que pueden dañar otras partes. Por ejemplo, si no se estira la espalda antes de correr, pueden notarse incomodidades y dolores en los lumbares debido a una falta de calentamiento y estiramiento en esa zona.
Fundamentalmente, es prioritario calentar las articulaciones primero. Después, se seguirá con estiramientos específicos para cada parte del cuerpo. Suelen saltarse de las rutinas porque no parecen ser necesarios ya que puede no notarse molestias dependiendo del ejercicio que se realice. Sin embargo esa dejadez provoca otra más grave: la falta de estiramientos al finalizar el ejercicio. Cuando se ejercitan los músculos (cualquier músculo), éstos sufren un acortamiento. Se estirarán por lo tanto para facilitar el posicionamiento normal de las fibras musculares. De esa forma no ocurrirán lesiones provocadas por ese mal acondicionamiento muscular. Yo mismo sufrí un recogimiento de los músculos lumbares que provocó mi incapacidad de hacer deporte durante 9 meses. Todo por no estirar debidamente después de jugar al tenis durante dos horas. Y tenía 17 años. Se puede imaginar fácilmente lo que ocurriría con 10 ó 20 años más.
Es más que importante dedicar a los estiramientos 5 minutos antes de empezar el ejercicio y 10 después.