Este relato podría haber empezado hace tiempo con un «érase una vez una noche fresca de otoño» pero ¡no!, se convirtió en una agradable noche en Granada. Y así de bien empezó un atardecer de lo más molón. La ciencia fue invadiendo todos los rincones del Paseo del Salón: era La Noche Europea de los Investigadores o ERN15 (con hashtag, #ERN15).
Organizadores e investigadores ataviados con camiseta negra y colgante fucsia a juego. Carpas etiquetadas con los letreros de cada centro participante. Mareos de «trae para acá, lleva para allá, cuelga esto, ayúdame en lo otro…etc.» y, en un par de viajes, ya estaba todo montado. Desde las 5 de la tarde ya se podía comprobar que eso de que te expliquen la ciencia atrae. Sí, sí. Comenzar, comenzó la cosa relajadamente pero enseguida se agolpaba la multitud.
Como parte del tour que se organizaba en el stand del BioBanco, no podía faltar la extracción de ADN. Normal. Qué mejor que llevarse una muestra humana propia. Y eso habiendo pasado por las áreas de microscopía, tinciones celulares y como se conservan las muestras a bajas temperaturas. Y esto sólo en nuestro sitio. ¡Que había una veintena de carpas! Desde la robótica a la geología pasando por la física y la astronomía. Todo reunido entre juegos y música. Porque también había conciertos para entretenerse de otra manera. Ah! y un European corner donde se impartían charlas sobre proyectos e iniciativas investigadoras. Aquí hago un inciso para exclamar ¡Olé por Mayte!. Seguro que la complejidad de proyectos como el PRECISESADS quedó algo más clara tras su breve intervención.
Si no llega a ser por un ligero respiro que me dieron mis compañeros, no hubiera visto más que curiosos con bata verde esperando a recibir su ADN. Y es que la divulgación embriaga a cualquiera. Tanto el que da como el que la recibe. Ni con 20 clones me hubiera dado a vasto para llegar a todos los que hubiera querido. Aunque me quedo con todas y cada una de las sonrisas y caras de asombro que pude ver.
Además, el pequeño de la casa me ayudó como joven investigador. Ahí lo tenía, manejando las pipetas y tubos de colores. Todo un profesional.
Cansancio, sí. Voz rasgada, también. Calambres en las piernas… en mi caso no pero conozco a gente que sí. Que te pidan que les cuente como se extrae el ADN aún sin llevarse el obsequio o te feliciten por lo destacable que ha sido la demostración de todos los compañeros… no tiene precio.
Y esto sólo en los pies de Sierra Nevada. El evento se celebró en casi 300 ciudades europeas simultáneamente. Este proyecto de divulgación científica fue promovido por la Comisión Europea dentro de las acciones Marie Sktodowska-Curie del programa Horizonte 2020 y tiene lugar desde el año 2005. ¡10 años!. Y cada vez con más afluencia. ¿Se nota la indirecta directa?.
Para los rezagados que se den ahora cuenta del evento, marcad en vuestras agendas el final del mes de septiembre. Uno de esos viernes tocará otra macro celebración científica cerca de donde vives. Y, si no puedes llegar, recuerda que ahora es más fácil que nunca embeberse de todo con las redes sociales. Este año el hashtag para seguirlo todo fue #ERN15. Y se puede deducir fácilmente cuales serán los siguientes. Basta con introducirlo en un buscador (sea San Google o cualquier otro) y fluirá todo lo relacionado que esté etiquetado.
Si eres uno de los afortunadas personas que puede asistir a la noche europea de los investigadores ¡Ve a disfrutar de la Ciencia en estado puro!
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