Los verdaderos problemas de la píldora postcoital
Durante estos días he podido intercambiar opiniones con un médico sobre ciertos problemas sanitarios y de investigación en España. Uno de estos temas fue el uso de la píldora postcoital para interrumpir el embarazo. Esto y tener gente a la que aprecio en edades propicias para su uso, me ha hecho investigar un poco sobre el tema. He encontrado que las mujeres que usen la píldora postcoital más de una vez al mes tienen un mayor riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares por las altas dosis de progesterona que contiene este anticonceptivo, por lo que se debe tomar sólo en caso de necesidad extrema y muy cada cierto tiempo.
Su consumo de forma frecuente pueden influir en la coagulación, aumentando el riesgo de trombosis venosa profunda y embolismo pulmonar, derrame cerebral y el infarto de miocardio.
Y si sufres ciertos transtornos como diabetes, hipercolesteremia, obesidad o si eres fumadora, o tienes antecedentes de enfermedades cardiovasculares, tendencia familiar a formar coágulos de sangre, estás más en riesgo de sufrir estas complicaciones. Por eso, en estos casos, abusar de este tratamiento de emergencia sería todavía más peligroso.
Otros efectos secundarios que se han registrado en los ensayos clínicos van desde trastornos en el aparato reproductor y las mamas, hasta la aparición de trastornos gastrointestinales y generales.
También se sabe que aumenta el riesgo de embarazo ectópico en mujeres con mujeres obesas, patologías hepáticas, hipercolesterolemia, diabetes o enfermedades cardiovasculares, que hayan tomado la píldora.
Un riesgo del que se habla poco es que no evite el embarazo, pues su eficacia no es del 100%, sólo es de un 85%, variando además según el tiempo que haya transcurrido desde la relación de riesgo.
Todo esto viene a tono de que siempre el debate ha sido dirigido a la política, al reconocimiento y los derechos de cada persona, a una ley que sólo levanta polémica por estar tirando entre unos partidos políticos y otros. Señores y señoras, el problema no está en todo eso. Está en que a mi me parece que al final se van a repartir como gominolas y desde mi punto de vista científico no me parece nada saludable. Todos estos resultados han sido obtenidos en estudios realizados a un tiempo. Pero, ¿qué ocurrirá a la larga?. Todo este bombo que se está haciendo por el uso de ciertas sustancias (véase la vacuna contra la gripe A) no hace más que asegurarme que estamos ante negocios.
Es otro punto de vista el que he querido dar al tema, pero me parece importante que se recapacite. Me encanta que la gente vea el sexo como algo normal (ya que biológicamente lo es). Lo que no es normal es matar moscas a cañonazos.
Por cierto, todos los datos obtenidos son referentes a los estudios y declaraciones realizadas por el jefe del Servicio de Obstetricia del Hospital Clínico de Santiago de Compostela, Manuel Macía.
Escuchando: La buhardilla podcast «pograma» 15
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