Carril bici en León
Quería dar mi opinión sobre el carril bici que se ha montado en León durante este verano. Ya existía un carril bici según el ayuntamiento que era el que está entre el parque de la Candamia y la Granja (guaauu!). O esos «amagos» que fueron los de la Avenida de la Universidad o los paseos del margen del Bernesga. Y, por si no lo sabíais, hay 10 Km de carril bici en León. Pero no se daban cuenta de que un carril bici es útil para unir los centros educativos y de interés. Qué va! Y esas órdenes de la Policía local para que me bajara de la bici yendo ellos en coche por el mismo tramo que yo. He tenido que vivir la rabia, después de la preocupación, por conocer el accidente que sufrió una buena amiga mía por no respetar un todoterreno el paso en una rotonda. L@s conductores se creen que ir en bici es como ir en un minitanque. Eso deben pensar, porque lo que es guardar distancias…habría que darles un metro a cada un@.
Me estaba yendo por las ramas. Es que siendo la bici el medio de transporte y al ver lo que sucede a tu alrededor…me hierve la sangre. Lo curioso es que han tardado 3 meses en hacer lo que se debía haber hecho en todos estos años. Llevo en León 11 añitos, a dos ruedas siempre que he podido y casi se me saltan las lágrimas cuando me lo dijeron. Pero todo no iba a se bonito. Qué va! Van y quitan aparcamiento para generar el carril bici. Hay una norma muy simple cuando se trata de gestionar que es «no quites algo a una mayoría para dárselo a una minoría» porque siempre habrá problemas. Yo sólo puedo opinar desde mi punto de vista. Cuando me desplazo en bicicleta noto un cierto mosqueo en los conductores. Pueden ser imaginaciones mías, pero los acelerones para adelantarme son más frecuentes. Ese nerviosismo lo comprendo cuando se va lento y se tiene prisa (ya sé que no tiene que ser así, pero todos sabemos que sí), pero no es mi caso. Yo intento ir a cierta velocidad porque también evito problemas. Y sigo notando un aumento del nerviosismo. Si tuviera que coger el coche y aparcar por la zona del Anahuac todos los días y me encuentro a un ciclista que me obstaculiza el paso, pues igual también me pongo nervioso. Da igual. Creo que estoy en peligro de extinción.
Bueno, espero no ser el único inquieto por este problema. Yo seguiré yendo en bici cueste lo que cueste hasta que el cuerpo aguante.
Escuchando: el ventilador del frigorífico
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