Congreso de la SEG 2009: resumen
Empezó el martes por la tarde. La ciudad de Torremolinos es perfecta para el descanso, pero para la gente joven está bastante apartada de las expectativas. El lugar donde se celebró el certamen fue el hotel Amaragua, de 4 estrellas pero de lujo. Las conferencias se desarrollaron en un grandísimo salón de actos pero soterrado literalmente, donde las conexiones wifi y la cobertura móvil no era posible. De todas formas, fue muy agradable encontrarse con unas instalaciones dignas con mesa para poder tomar apuntes. Pero empecemos por el principio: cuando fue el momento de la inscripción, nos llevamos la sorpresa del obsequio con la documentación. Era una bolsa de una gasa muy particular. Similar a la ropa que te prestan en los centros de masaje. Con un aspecto desechable. El color, azul. Dentro se encontraba la documentación con el certificado de asistencia, un mapa de google con las zonas de tapas de Málaga (no se si era cachondeo o es que primeramente se diseñaría el congreso en la capital, pero estábamos en Torremolinos), y obsequios varios de la diputación y turismo de Málaga y Torremolinos. Curioso. Ningún bolígrafo con la serigrafía del congreso. No. Tampoco libro alguno relacionado con la genética.
Los encargados de la colocación de los pósters fueron amabilísimos. Enseguida nos echaron una mano. Entre 5 personas colocaron nuestros 5 trabajos. En eso se superaron a otros congresos, donde simplemente se suele indicar donde se tienen que colocar los pósters y se facilitan los adhesivos. Lo malo es que la sala dedicada a los paneles era reducida y la iluminación escasa. Desgraciadamente mi póster fue perjudicado porque no incidía luz directa en él y los colores de mi diseño requerían luminosidad. Vamos, que casi era ilegible. Lástima.
La recepción era a las ocho y cuarto de la tarde. Fue fría. Y no por la temperatura. Se trató de un catering simple con unas 12 mesas dispuestas al azar con snacks: cacahuetes, patatas fritas, aceitunas y galletitas saladas. Ni sandwiches ni canapés ni pan con aceite. Lo recalco porque cuando eres joven y vienes de viaje (sobre todo de lejos) sin comer desde las dos ó tres de la tarde, no se espera unos cacahuetes. Las miradas de los becarios era como los depredadores del Serengueti en época de sequía. Por suerte, yo tenía pensión completa en el hotel. No es común cuando eres predoctoral y vas a un congreso. Se suele ir con lo pelado: alojamiento y, si procede, desayuno. No más. Pero en mi caso la oferta hotelera estuvo de mi lado a la hora de reservar.
Después de la recepción, cada uno se fue a su alojamiento o a buscar algo que comer.
Al día siguiente, las primeras conferencias fueron temprano. Cada hora y media había pausa y café. Yo esperaba cierto color gastronómico, ya que el año anterior estuvimos en Córdoba y nos dieron a degustar productos típicos. Sin embargo no hubo más que pastas y café. Pero sólo pastas y café. El zumo se hizo esperar hasta la segunda pausa. Sería que el exprimidor estaba estropeado.
Las comunicaciones y conferencias fueron algo que no me decepcionaron, pero me dejaron más o menos igual. A medida que veo más reuniones de este tipo me doy cuenta que los investigadores muestran sus resultados y no enseñan tanto las técnicas e ideas de los estudios. Esto hace que se pierda el interés en la exposición.
Al final de la tarde, se organizó una visita guiada a Málaga con recepción en el Rectorado. Yo no asistí, pero me contaron que rectificaron los errores anteriores y dieron una buena comida. Parece que se busca siempre la comida antes que las charlas científicas, pero cuando se pasan 5 horas por la mañana y otras 4 por la tarde casi sin comer y no se anda holgado de dinero, no hay cosa que más reconforte que una buena donación gastronómica.
El Jueves se disponían a presentar las charlas de las sesiones de Genética humana y de biotecnología animal y vegetal. Pero la sección de genética malagueña está dedicada a los microorganismos y generaron un Simposium. Así que el resto de las sesiones tuvieron que darse en un salón derivado del principal. Lo malo es que al principio de la mañana no había sitios preparados para las charlas de genética humana. Y me tocó escuchar bacterias. Que, al final no estuvo mal. Pero me hubiera gustado escuchar otras conferencias. Lo mejor del día fue la conferencia plenaria impartida por Enrique Cerdá. No tuvo desperdicio. Y con la Ministra delante no tuvo reparos en criticar el estado del Estado respecto a la investigación en España.
Por la noche tuvo lugar la cena del congreso. Pero había que pagar a mayores, así que seguimos de bufé en el hotel.
Al día siguiente se mascaba el final del meeting. Poca gente en las ponencias, falta de pósters y revuelo de despedidas. Vimos que el próximo congreso será en Madrid en julio del año que viene. Allí nos veremos. Con más ánimos espero.
Escuchando: Rec (la película) de fondo en la tele
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