El intestino japonés se adapta al sushi

Alga nori en SushiParece ser que los japoneses tienen una adaptación muy curiosa por comer sushi. Para resumir, hay ciertas bacterias que viven de las algas del género Porphyra que sirven para preparar platos de sushi (comúnmente llamadas nori). La adaptación biológica y la transferencia genética horizontal ha hecho que las bacterias intestinales de los japoneses hayan incluido cierta característica interesante en su genoma. Esas bacterias que se nutren del nori, tienen unas enzimas especiales llamadas porfiranasas (procesan el porfirano, un azúcar abundante en las algas rojas del género Porphyra) para poder digerir ciertos hidratos de carbono de la alga. El gen que codifica a esa enzima ha sido transferido a las bacterias del intestino (especie Bacteroides plebeius) de la población japonesa, siendo ahora su eficiencia mayor a la hora de disgregar las algas. Parece ser que no hay problemas de competencia ni de convivencia con el resto de la flora bacteriana. Esto, como he visto en muchos titulares, hace que «los japoneses estén contentos del regalo genético obtenido por comer sushi», ya que no han encontrado esta transferencia en otros lugares del planeta.
Es impresionante lo que la naturaleza genera. Y de nuevo los genes detrás de la evolución.

Referencia: Transfer of carbohydrate-active enzymes from marine bacteria to Japanese gut microbiota

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Prevenir la depresión con la dieta mediterránea

En el estudio realizado con más de 10.000 personas por el grupo de investigación de Sánchez-Villegas, se comprobó que las personas que consumían una dieta mediterránea, o dieta Med, eran un 30 por ciento menos propensas a sufrir de depresión, en comparación con aquellas que no lo hacían.

«Los resultados de nuestro análisis sugiere la posibilidad de que el patrón de dieta mediterránea es protectora asociada a la depresión», escribieron los investigadores, dirigidos por Almudena Sánchez-Villegas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y la Universidad de Navarra, Pamplona.

«Reconocemos que nuestros resultados deberán ser confirmados por otros estudios prospectivos con un mejor control de otros posibles factores de confusión y también por los ensayos con una evaluación más objetiva y rigurosa de los resultados», agregaron.

La dieta Med, rica en cereales, vino, frutas, nueces, legumbres y granos enteros, pescado y aceite de oliva, y baja en productos lácteos, carne, comida basura y grasas, se ha vinculado a una vida más larga, menos enfermedades cardiacas y mayor protección contra algunos tipos de cáncer. Los principales componentes de la dieta nutricional que pueden ser responsables incluyen el beta-caroteno, vitamina C, tocoferoles, polifenoles y minerales esenciales.

Los investigadores analizaron la información dietética de 10.094 participantes sanos españoles y los investigadores calcularon su relación con la dieta mediterránea sobre la base de nueve componentes, incluida la proporción de ácidos grasos monoinsaturados a los ácidos grasos saturados, moderado de alcohol y la ingesta de productos lácteos, el consumo de carne de bajo y alto consumo de de leguminosas, frutas, frutos secos, cereales, verduras y pescado.

Después de una media de 4,4 años de seguimiento, la depresión se había diagnosticado en 156 hombres y 324 mujeres. Las personas con puntuaciones más altas por su alimentación tipo dieta mediterránea, se asociaban con una reducción del 30 por ciento en el riesgo de depresión, en comparación con las personas con las puntuaciones más bajas.

«Los mecanismos específicos por los que una mejor adherencia al patrón de dieta mediterránea podría ayudar a prevenir la aparición de la depresión no son bien conocidos», comentan los investigadores.

Sánchez-Villegas y sus compañeros de trabajo indican que los componentes de la dieta pueden reducir las probabilidades de desarrollar depresión por mejorar la función de los vasos sanguíneos, la lucha contra la inflamación, reduciendo el riesgo de enfermedades cardíacas, el oxígeno y la reparación de daños celulares relacionados.

«Sin embargo, el papel del patrón dietético global puede ser más importante que el efecto de los componentes individuales,» escribieron.

«Es posible que la combinación sinérgica de una provisión suficiente de omega-3, ácidos grasos naturales, junto con otros ácidos grasos insaturados y los antioxidantes de la de aceite de oliva y los frutos secos, flavonoides y otros fitoquímicos de frutas y otros alimentos vegetales y gran cantidad de folatos naturales y otras vitaminas del grupo B en el patrón de dieta mediterránea en general pueden ejercer un grado razonable de protección contra la depresión».

Fuente: Archives of General Psychiatry

Volumen 66, Número 10, páginas 1090-1098

La «Asociación del modelo alimentario mediterráneo, con la incidencia de la depresión: El Seguimiento Universidad de Navarra y la Universidad de Navarra Seguimiento (SUN) cohorte»

Autores: A. Sánchez-Villegas, M. Delgado-Rodríguez, A. Alonso, J. Schlatter, F. Lahortiga, LS Majem, M. A. Martínez-González,

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