No estamos ante un plagio de la marca de surf. Se trata del mejor (para mí) lanzador de aplicaciones que ha existido jamás. Cuando se comienza con sistemas UNIX, generalmente se empieza con Linux. Ya en ese sistema operativo, el lanzador de aplicaciones era algo novedoso dentro de lo básico si recordamos que antes que haber interfaces gráficas como se trabajaba era por comandos. Al entrar en MacOS X, con Spotlight se observa algo similar pero más pulido. Sin embargo, en cuanto entra dentro del sistema Quicksilver…que se quite todo lo demás.
Si por ejemplo se quiere abrir un documento que se encuentra casi perdido entre carpetas y subcarpetas, el número de clics que habría que dar sería cansino. Además de añadir un tiempo en la búsqueda. Con Quicksilver configurado, tan sólo hay que dar la combinación de teclas para activarlo y teclear el nombre del archivo. No tiene porqué ser el nombre completo. Y si era lo último que habías abierto, allí se encontrará sin tener que buscarlo. Eso para el que no lo ha probado nunca no lo comprenderá muy bien. Pero en seguida se siente la potencia del lanzador.
Otra tarea que es cansina es la de mandar los correos. Teniendo a la persona en la agenda en pocos segundos ya se puede redactar el correo. Es tremenda la velocidad que se gana. Incluso sirve de avisador. Si se encuentra la persona realizando un proyecto y quiere descansar cada cierto periodo de tiempo, puede programar Quicksilver para que lo avise de que pare un rato con el mensaje que se le antoje.
Para poder ver gran parte del potencial de Quicksilver, aconsejo que se visione el screencast realizado por Berto Pena, de Think Wasabi, donde explica pormenorizadamente cada una de las mejores opciones que ofrece la aplicación.
Escuchando: el ruidoso ventilador de mi casi sentenciado PC casero